TEMAS DE REFLEXION
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Recuerdo el caso de una mujer de 55 años que se arrojó al vacío desde su apartamento en el piso 14*. Minutos antes de su muerte vio a un hombre lavando ventanas en un edificio
cercano. Lo saludó y le sonrió; él le sonrió y le devolvió el saludo. Cuando el hombre se dio vuelta para continuar con su trabajo, ella saltó. |
Como resultado de cuatro pasos equivocados, Elías terminó en el desierto, bajo un árbol y totalmente desesperado (1 Reyes 18:46-19:4). En primer lugar, estaba exhausto físicamente. En segundo lugar, se turbó emocionalmente. En tercer lugar, no acudió a Dios espiritualmente. En cuarto lugar, se aisló socialmente.
... Al final terminó desfalleciente bajo un árbol en un lugar desierto y lloró: "Es suficiente, Señor. Lleva mi vida. Quiero morirme."
¿Alguna vez ha sentido usted un desaliento total y se ha visto sin nadie cerca que lo anime? ¿Ha experimentado en alguna ocasión el síndrome de Elías?
Note cómo Dios satisface cada una de las necesidades del profeta en el momento de la crisis. Físicamente, Dios le da alimento y un buen descanso. Emocionalmente, el Señor le hace saber a Elías
que su presencia está con él y lo anima. Espiritualmente, Dios exhorta a Elías a seguirlo una vez más. Socialmente, el Señor le habla a Elías acerca de un gran número de hombres y mujeres de Dios
con quienes podrá tener camaradería y recibirá aun más ánimo.
De la misma manera, Dios quiere suplir sus necesidades personales, apreciado lector. Usted no puede vivir la vida cristiana victoriosa en soledad y en sus propias fuerzas. Es imposible. Sólo
experimentamos victoria por el poder del Cristo viviente (Gálatas 2:20). Su presencia y su poder son particularmente evidentes cuando dos o tres se reúnen en su nombre para orar por algo en
concreto (Mateo 18:20).
Utilice su soledad o desaliento como una motivación para entregarse nuevamente al Señor. No permanezca sentado bajo el árbol de la desesperación. Las últimas palabras de Jesucristo fueron que
estaría con nosotros siempre (Mateo 28:20). El quiere ser su mejor amigo, de modo que usted ya no se sienta solo.
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Además, congréguese con el pueblo de Dios (Hebreos 10:25) y no trate de enfrentar las batallas diarias de la vida por su cuenta. Ore con otros cristianos por sus necesidades
mutuas y sus preocupaciones. Experimente el obrar de Dios en el Cuerpo de Cristo. La victoria en la vida cristiana siempre es un esfuerzo en equipo. |
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Familia velazquez geraldo (domingo, 11 marzo 2012 07:54)
No crean que nos hemos olvidado de ustedes los llevamos en el corazon. Excelentes reflexiones.sigan avanzando.